Las jefaturas podrían:
1) Trabajar con escenarios: reunir a los líderes una semana antes de la evaluación de desempeño y pedirles que evalúen diferentes escenarios. Con esto se logra un entendimiento compartido sobre que significa cada nivel de desempeño, lo cual facilita la futura consistencia en las evaluaciones.
2) Contextualizar la inasistencia de mujeres: debido a las actividades de teletrabajo y que habitualmente las actividades de la casa, como es cuidar a los niños, recae con mayor énfasis en las mujeres, es importante que este hecho sea tomado en cuenta en la evaluación.
3) Utilizar comités de calibración: estos comités ajustarán las evaluaciones realizadas por las jefaturas, buscando aumentar la consistencia y eliminar los sesgos.
4) Revisar la pertenencia a un grupo: usualmente pensamos que somos neutrales al momento de evaluar, sin darnos cuenta que favorecemos a personas que pertenecen a grupos en los cuales nosotros estamos, como puede ser el género, raza o religión. Para enfrentar esto, Cecchi-Dimeglio propone que los líderes encuentren elementos en común con la persona, antes de hacer la evaluación. Esto lo podrían realizar analizando actividades en las cuales han colaborado o “buenas noticias para la empresa”, que las afecte en conjunto.
Los colaboradores podrían:
1) Mantener una bitácora: usualmente pensamos que las bitácoras las realizan los líderes, pero Cecchi-Dimeglio nos indica que una buena práctica para eliminar el sesgo de la memoria de corto plazo (sólo nos acordamos de lo que ha pasado hace poco) es que cada colaborador lleve su propia bitácora semanal de sus actividades y retroalimentaciones recibidas. Si bien estas bitácoras son privadas, los colaboradores pueden compartir algunos eventos con sus jefes.
2) Revisar el descriptor d cargo: esta actividad, que también podría ser realizada por los líderes, es útil para comparar el desempeño personal con lo esperado, de una forma más objetiva.Estás prácticas, que involucran tanto a líderes como colaboradores, pueden ser útiles al momento de mejorar la consistencia y reducir los sesgos en la evaluación del desempeño.
Enfrentar los desafíos de sesgo en las evaluaciones de desempeño es esencial para el crecimiento y la equidad en el lugar de trabajo. Paola Cecchi-Dimeglio nos guía a través de estrategias prácticas, desde trabajar con escenarios para establecer un entendimiento compartido hasta fomentar la autoevaluación mediante bitácoras. Al adoptar estas prácticas, tanto las jefaturas como los colaboradores pueden contribuir a un proceso de evaluación más transparente, justo y alineado con los objetivos de desarrollo personal y organizacional.