Con estos datos se procedió a analizar si las distribuciones de las evaluaciones de competencias y objetivos eran estadísticamente diferentes, para mujeres y hombres. Los resultados nos mostraron que existía una clara diferencia en las evaluaciones, favoreciendo a los hombres.
Dado los resultados preliminares, podríamos haber concluido que existía un sesgo de género en la evaluación de desempeño, lo cual favorecía a los hombres. No obstante, cuando abrimos el análisis por gerencia, pudimos constatar que dentro de cada gerencia no existía una diferencia estadísticamente significativa entre géneros.
Al estudiar los datos con mayor detenimiento, nos dimos cuenta de que la evaluación de la Gerencia de Operaciones era estadísticamente mejor que las evaluaciones de las restantes gerencias; y que, en dicha gerencia, el 90% de las personas eran hombres.
En ese momento tomamos la decisión de sacar los datos de la Gerencia de Operaciones y volver a realizar el análisis de equidad de género. Al hacerlo, las diferencias en las evaluaciones de hombres y mujeres dejaron de ser estadísticamente significativas.
Con este análisis, pudimos concluir que, lo que inicialmente pensábamos que era sesgo de género en la evaluación de desempeño, terminó siendo explicado por una mejor evaluación en una gerencia, en la cual la mayoría de las personas eran hombres.
Desde estas conclusiones, el cliente decidió analizar su proceso de calibración de evaluaciones, tomando en cuenta las diferencias entre gerencias. Junto con esto, ha comenzado un análisis de equidad de género en su proceso de selección, poniendo especial énfasis en la Gerencia de Operaciones.
A través de un meticuloso análisis, este estudio abordó la percepción inicial de un sesgo de género en la evaluación del desempeño en una empresa de servicios. Los resultados revelaron una diferencia aparente en las evaluaciones, favoreciendo a los hombres. Sin embargo, un análisis por gerencia arrojó una perspectiva sorprendente: la mejora en las evaluaciones en una gerencia mayoritariamente masculina explicaba la discrepancia. Este hallazgo impulsó cambios en las prácticas de evaluación y un nuevo enfoque en la equidad de género en la selección, resaltando la importancia de la comprensión profunda en la búsqueda de igualdad.